viernes, 25 de septiembre de 2015

Mamá, me independizo.





       Desde que nacen, y día a día, aunque no quieras, te vas preparando para el día en que se hagan mayores y se independicen, de hecho, les enseñamos desde chiquitines, a que sepan desenvolverse solos. Pero de repente llega un día, en que tienen la mayoría de edad, o no, y al margen de que estén estudiando fuera, se plantan delante de tí y te dicen: Mamá, ¡me independizo!

       Tú, además de quedarte ojiplástica, le contestas: ¿qué te que?, a lo que sigue: ¡a ver, si te independizas, es con todas las consecuencias!, a lo que ellos asienten con la cabeza, con una seguridad aplastante, y tu piensas por dentro: si, por los….., pero bueno, los dejas que vivan su aventura, pero lo que no sabes, o si lo sabes, prefieres no hacerlo, también empieza otra para ti.

       Al principio, los aborrescentes, por que no olvidemos que siguen siendo eso, vienen a comer a casa, una vez a la semana, eso sí, cuando se van, ya han cogido algo del frigo. Pasan las semanas, y la comida en casa de los progenitores, pasa de ser una vez por semana, a prácticamente todos los días, por que claro, ¡como en casa de los padres no se come en ningún sitio!, y además, se llevan varias cosas de la nevera (el número de sustracciones va en aumento). Y al poco tiempo, no es que vengan casi todos los días a comer, es que los tienes a comer y cenar, ¡todos los días!, que tú ya empiezas a pensar: creo que la independencia de este me la conozco….lo que yo gano para mí, y de lo que gana el estado (es decir, sus queridísimos padres), también me llevo parte.

     La cosa va degenerando, y un día te trae una maleta llena ¿de que?, ¡justamente!, de ropa sucia, por que claro, tiene manchas muy difíciles, y como tú, no se las quita nadie (más morro y serían Peggy). Total, que al final te das cuenta, de que para lo único que tiene su casa, es para fiestas y otros placeres varios….ya me entendéis, así que un día lo llamas, lo sientas delante de tí, y le dices: 
       “Querido mío. Yo se que tu tienes ganas de tener tu casa y tu intimidad, pero resulta que yo también. Yo se que tu quieres tener lo que ganas para ti, pero es que….yo también. Comprendo perfectamente, que como en MI casa, no vas a comer en otro sitio, pero el día de mañana tendrás hijos, y querrás que ellos piensen los mismo, ¿verdad?, pues por eso lo mejor es que comas en tu casa y aprendas a cocinar para no defraudarlos (todo esto con un tono de ironía llevado al límite). Tu lavadora y la mía, han sido compradas en el mismo sitio, con lo cual, lavan de la misma forma, y a ver…¡anda, si tienes manos! pues las manchas saltan usando agua, jabón, y esas manos tan hermosas que tienes. Por lo demás, siempre serás bien recibido en esta casa, pero al igual que cuando yo voy, todo al timbre y no te vacío la nevera, te ruego encarecidamente, que tu hagas lo mismo. Que si tu no quieres que te pille desprevenido retozando….yo tampoco quiero que lo hagas. ¡Ah! y cuando tú me pagues a mi, mis vacaciones, yo te pagaré a ti las tuyas. Así que mejor, pagamos cada uno lo nuestro. Pero, ven a visitarnos “cuando quieras”.”

       Muchas veces, dichos aborrescente, vuelven a casa de sus padres, y deciden independizarse con una edad más adulta….pero ojo, que muchos de ellos, siempre intentarán hacer lo anteriormente citado, tengan la edad que tengan.

      Yo ya he decidido, que cuando mi aborrescente se independice, cambio la cerradura y el número de móvil, por si acaso…no es ser mala madre, sólo prevenida, y si no se independiza él, ¡lo haré yo!

       ¡Qué descanséis, sufridos padres!


      

2 comentarios:

  1. Jajajajjaja Así es Se nos independizan vuelven y se vuelve a ir Porque como en casa y que lo haga la mama. No tiene precio Una verdad sobre los aborrecentes Feliz noche

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  2. Jajajajjaja Así es Se nos independizan vuelven y se vuelve a ir Porque como en casa y que lo haga la mama. No tiene precio Una verdad sobre los aborrecentes Feliz noche

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